Cuando el Sars-Cov-2 (el virus causante de COVID-19) llega a una célula humana, no toca la puerta y pregunta si puede pasar. Él ya tiene la llave, una proteína que encaja en la ACE2 – enzima unida a la superficie externa de las células en órganos tan fundamentales como los pulmones y el corazón- y que hace de cerradura, con la cual abre el acceso a la célula para iniciar el proceso de replicación de su propia descendencia (nuevas partículas virales a partir de su ARN).
Ese es el proceso que describieron un grupo de científicos chinos a inicios de marzo, un hallazgo que permitió iniciar la búsqueda de anticuerpos para frenar la infección. En el intertanto, otro estudio alertó que aquellos pacientes que sufren de hipertensión, cardiopatías y diabetes mellitus corresponden a un grupo que podría resultar más vulnerable a la infección, producto de los fármacos que consumen.
De hecho, se ha observado que la hipertensión arterial (HTA) es la principal comorbilidad, es decir, que en un 17% de los casos (de un universo que supera los 46 mil pacientes) quienes se infectaron con COVID-19, también sufrían de HTA. Esto, permite considerarlo como un factor de riesgo en comparación con pacientes que no sufren de la enfermedad (Yang y cols., 2020).
En el artículo escrito por Fang, Karakiulakis y Roth, explican que los coronavirus que afectan a humanos (coronavirus severo de síndrome agudo respiratorio [SARS-CoV] y [SARS-CoV-2]) se unen a las células a través de la Enzima convertidora de Angiotensina 2 (ECA2), la cual está presente en las células epiteliales que recubren al pulmón, intestino, riñón y vasos sanguíneos.
Los niveles de esta enzima se ven sustancialmente aumentados en pacientes con diabetes tipo 1 y 2, por lo que son tratados con medicamentos inhibidores de ECA, que poseen un efecto vasodilatador (o hipotensor, porque bajan la presión). La otra alternativa es el uso de fármacos que bloquean su recepción (estos últimos son los bloqueadores de los receptores tipo-I de la angiotensina II, o BRAs). La hipertensión también es tratada con estos fármacos.
El problema es que estos datos sugieren que el uso de estos fármacos inhibidores de la ECA (de la familia del Enalapril) y bloqueadores de los receptores de angiotensina II (como el Losartán) son capaces de aumentar la presencia de estos receptores ECA2 en el pulmón y, por lo tanto, conllevan un mayor riesgo y severidad de la infección
De esta manera, si se utilizan inhibidores de la enzima, el sistema no censa la angiotensina y tenderá a sobreexpresar receptores, los cuales facilitan la infección, ya que hay más “puertas” por donde el virus puede ingresar.
El mismo efecto se ha observado con el consumo de tiazolidinedionas e ibuprofeno. Por lo tanto, el equipo de científicos plantea la hipótesis de que la diabetes y el tratamiento contra la hipertensión con medicamentos estimuladores de la ACE2 aumentan los riesgos de desarrollar casos severos o fatales de COVID-19.
Otro aspecto que tiene que ser investigado es la predisposición genética para un mayor factor de riesgo de la infección SARS-CoV-2, la cual podría darse debido a polimorfismos de ACE2 que han sido relacionados con diabetes mellitus, embolias e hipertensión, específicamente en poblaciones asiáticas. Para resumir ésta información, la sensibilidad de una persona a COVID-19 puede resultar de una combinación de la terapia y así como de polimorfismos (variables génicas) de ACE2.
Medidas a tomar
Ante estas nuevas evidencias, diversas sociedades científicas coinciden en que “se recomienda no suspender el tratamiento con dichos medicamentos en pacientes que ya están bajo su administración; en pacientes con alta gravedad, cualquier cambio debe realizarse caso a caso” – Sociedad Española de Hipertensión (16 de marzo de 2020).
Por lo tanto, dado la evidencia y los consejos de las distintas sociedades científicas, se recomienda continuar con el tratamiento farmacológico contra la hipertensión, a no ser que el médico tratante indique lo contrario, tras una evaluación clínica completa. Además, se recomienda seguir las indicaciones y medidas dispuestas por el Ministerio de Salud, sobre todo para pacientes pertenecientes a los grupos de riesgo.
De la misma forma, es importante considerar en relación al uso de ibuprofeno con COVID-19, que no está absolutamente comprobada, se ha visto a nivel clínico que la administración de ibuprofeno agrava el cuadro infeccioso frente a pacientes que han tomado paracetamol (acetaminofeno). Esto se atribuye se ha relacionado a que el ibuprofeno, aumenta la expresión de los receptores de ECA2, facilitando la infección por COVID-19 (Fang y cols., 2020).
En contexto de la pandemia COVID-19, en personas con hipertensión arterial que se encuentran en tratamiento con inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) o bloqueadores del receptor de angiotensina II (ARA II), el Ministerio de Salud de Chile SUGIERE mantener el tratamiento anti-hipertensivo sin cambios por sobre reemplazarlo por otros fármacos.
Traducción. Carla Montecinos.
Colaboración. CENDHY (Centro de nuevos fármacos para hipertensión).
Ilustración. Bárbara Donoso.
Edición. Paz Santander.
Imagen Portada: Tag Hartman-Simkins for Futurism NEOSCOPE.
Este artículo se redactó a partir de la traducción del artículo titulado: Are patients with hypertension and diabetes mellitus at increased risk for COVID-19 infection?, escrito por Lei Fang, George Karakiulakis y Michael Roth, para la revista “The Lancet: Respiratory Medicine”.
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Publicado en Chilecientífico: https://chilecientifico.com/hipertension-y-coronavirus-cuidados-con-el-tratamiento/
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