Según un estudio Chino, realizado a 73.314 pacientes COVID-19 reportó que la mortalidad fue mayor entre aquellas personas que padecían de enfermedades crónicas como: cardiovascular 10,5%, diabetes 7.3%, enfermedad renal crónica 6,3%, hipertensión 6% y cáncer 5,6%.
Desde los inicios de la pandemia del coronavirus, son muchos los debates que se han abierto con respecto a la relación que existe entre la hipertensión y el COVID-19, debido a que las personas con esta patología -excesiva presión de la sangre sobre las paredes de las arterias- poseen mayor porcentaje de una enzima que le permite al virus ingresar a las células a través de una proteína.
Sin embargo, frente a la controversia, recientes estudios realizados en España han demostrado que no existe evidencia robusta para relacionar el consumo de medicamentos antihipertensivos y un mayor riesgo de infección o de severidad de la enfermedad, todo lo contrario. Ante esta polémica el Dr. Jorge Jalil, Profesor Titular División de Enfermedades Cardiovasculares de la Pontifica Universidad Católica. Vicepresidente de la Sociedad de Hipertensión e Investigador del Centro de Nuevos Fármacos para Hipertensión (CENDHY) señaló “hemos visto que los pacientes hipertensos que están recibiendo su tratamiento, enfrentan de mejor manera el COVID-19. No hay que suspender los tratamientos, se ha confirmado que el uso de estos medicamentos no empeora a los pacientes y probablemente los protege”.
A través de la conversación que se sostuvo en el último seminario realizado por ACCDIS, el Dr. Jorge Jalil, aprovechó la oportunidad para repasar los escenarios de los factores de riesgo cardiovascular, iniciando con el uso del cigarrillo, “según la última Encuesta de Salud Pública realizada en el año 2017, hubo una disminución significativa de 29,1%, específicamente en las mujeres”.
Otro de los factores de suma importancia para sufrir de enfermedades cardiovasculares, tiene que ver con el sedentarismo, “en Chile 87,6% de la población es sedentaria”, recalcó el experto, quien también explicó que la obesidad es otra realidad muy preocupante en el país, lo cual no solo se relaciona con esta patología, sino que también acarrea otras enfermedades crónicas, “1 de cada 4 personas tiene un peso normal, mientras que el resto, 75% de la población sufren de obesidad”, comentó.
Con respecto a la hipertensión arterial, en Chile se ha mantenido estable durante los últimos 10 años, arrojando como resultado que el 27,6% de la población es hipertensa, sin embargo revisando los grupos etarios se demuestra que la prevalencia de esta condición ocurre en personas de 45 años en adelante. Dichas condiciones se hicieron notar en el reciente informe presentado por el Departamento de Epidemiología, DIPLAS – MINSAL, donde los casos notificados por COVID-19 sin y con hospitalización presentaban alta prevalencia de hipertensión arterial, diabetes, asma y obesidad, explicó el doctor.
Por otro lado, la diabetes también entra entre las enfermedades crónicas que tienen prevalencia en el país, la cual al igual que la hipertensión arterial produce inflación, remodelado cardiovascular y probablemente aceleramiento en otras enfermedades no transmisibles, comentó el Dr. Jalil.
Durante el seminario, el investigador también se refirió a la importancia de disminuir el consumo de sal, ya que este es un factor que eleva la presión arterial, “pero no hablamos de aquella sal que usamos en el salero, sino más bien debemos disminuir los alimentos preservados, los cuales contienen grandes porciones de sal”. Para finalizar, agregó que otro de los hábitos que debemos incorporar en nuestra dieta es consumo de potasio, el cual se encuentra en las verduras.
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