Un medicamento puede ser muy efectivo, pero si no lo administramos de manera correcta, corremos el riesgo de desperdiciar por completo su efecto o de exacerbar el efecto al punto de que sea peligroso. La manera correcta involucra la obediencia a la indicación médica, la exactitud de la dosis, el cumplimiento del horario, el hacer o no ayuno, y particularmente con qué comida o bebestible decidimos acompañar estos medicamentos, sobre todo en época de celebraciones dieciocheras.
Ya sea que se trate de una «simple» aspirina o de un medicamento que forma parte de un tratamiento crónico, todos los fármacos están diseñados para cumplir un propósito terapéutico en condiciones bien definidas, según sus características bioquímicas y según el diagnóstico médico particular definido para el paciente. Es por ello que la forma en que se administra un medicamento es fundamental para lograr el efecto deseado y, de paso, no malgastar dinero ni tiempo.
En nuestra publicación «Los 6 grandes NO de la automedicación» abordamos la importancia de consultar a un profesional de la salud antes de tomar cualquier medicamento, de evitar la automedicación y de seguir al pie de la letra la receta médica. En el caso de los medicamentos de administración oral, un punto muy relevante que hay que tener en cuenta, especialmente en época de Fiestas Patrias en que celebramos con comidas y bebidas, es con qué ingerimos estos medicamentos.
Sin rodeos: siempre con agua
A modo general, vamos a decir que cualquier medicamento oral será bien absorbido por nuestro sistema gastrointestinal si se ingiere únicamente con agua. Evidentemente, debemos también considerar la posología detallada en la orden médica y si se requiere que administremos el medicamento en ayuno, antes o después de una comida. Aún así, el agua es el mejor líquido con el cual tomar un medicamento para promover el paso desde la boca al estómago, el acto de la «deglución». En algunos casos, cuando el paciente tiene algún trastorno para tragar apropiadamente o una patología en que su mucosa gástrica se encuentra alterada, el médico puede recomendar una alternativa diferente.
Otros líquidos como el té, café, jugos, lácteos, bebidas gaseosas, alcohólicas, azucaradas o dietéticas, pueden interferir con la degradación y absorción de los medicamentos. Estos líquidos, además de agua, contienen minerales, vitaminas, péptidos y proteínas, carbohidratos, lípidos y otras sustancias que pueden interactuar con los medicamentos de manera perjudicial, provocando una reacción adversa en nuestro organismo.
El consumo de alcohol en conjunto con la administración de medicamentos es la combinación con mayor impacto negativo sobre el efecto terapéutico del medicamento, y no menos importante es el riesgo elevado de intoxicación asociado a esta mezcla, que puede incluso conducir a la muerte [1].
En este punto es importante destacar que ningún líquido o alimento es químicamente inerte. Esto significa que todo líquido, incluida el agua, reacciona frente a otra sustancia química, como son los medicamentos.
¡Salud por una buena salud!
Durante las fiestas patrias aumenta significativamente el consumo de alimentos y bebidas destinados a las celebraciones familiares, según detalló el informe de la Cámara de Comercio de Santiago el año 2018 [2]. Entre las comidas populares destacan las carnes, masas, frutas en conserva y los snacks envasados, mientras que entre los bebestibles más consumidos se encuentran las bebidas alcohólicas, cuyo volumen de ventas crece un 15% con respecto a un mes normal, acorde a un estudio de Nielsen en 2019 [2].
A menos que lo indique el médico tratante, un paciente no debe abandonar su tratamiento farmacológico bajo ninguna circunstancia sin antes consultar, y las celebraciones patrias no son la excepción. Los días libres, la ausencia de rutina y las reuniones familiares pueden provocar que nos desordenemos en nuestros hábitos diarios de tomar los medicamentos cuando y como corresponde. No obstante, hay que hacer el esfuerzo de continuar obedientemente el tratamiento y no mezclar los medicamentos orales con bebidas o alimentos que no sean agua, como las infusiones o aguas de hierbas para «bajar la comida» o el café para «aliviar la resaca». Inclusive, la combinación de medicamentos y bebidas alcohólicas puede provocar complicaciones más graves que requieren asistir de urgencia a los servicios de salud, por una intoxicación.
¿Qué podemos hacer para no descuidar nuestro tratamiento con medicamentos?
- Comunica a tu entorno cercano que debes recordar tomar tus medicamentos a horas determinadas y pídeles que te avisen en caso de que lo olvides.
- Lleva una agenda en donde puedas anotar las dosis y horarios de tus medicamentos, y marcar si ya los tomaste. Puedes descargar nuestros calendarios.
- Puedes configurar alarmas en tu celular para recordar tomar tus medicamentos a las horas que corresponden.
- Ordena tus medicamentos para la semana en un pastillero y al final de cada día revisa tu pastillero. De esta manera puedes llevar un control diario y no olvidar tomar tus medicamentos cada día.
- A menos que tu médico haya indicado lo contrario, siempre administra tus medicamentos orales con agua.
Cuidémonos entre todas y todos
Para celebrar con la familia, necesitamos que todas y todos los miembros de la familia gocen de buena salud. Las personas jóvenes seguramente no se sienten identificadas con el consumo diario de medicamentos, sin embargo, es muy probable que más de una persona en su entorno cercano, especialmente las personas de mayor edad, sí deban seguir un tratamiento farmacológico para una o más enfermedades. En Chile, un 90% de los adultos mayores (personas de 65 o más años) consumen al menos un medicamento al día. Es más, cerca de 4 de cada 10 adultos mayores declaró consumir 5 o más medicamentos en forma frecuente en la Encuesta Nacional de Salud 2016/2017 [3].
Consumir varios medicamentos de forma simultánea se conoce como polifarmacia, y es una realidad muy común de los adultos mayores, que usualmente acumulan el diagnóstico de más de una enfermedad de larga duración producto del envejecimiento o debido a una única patología deben consumir más de un medicamento. Si a la interacción entre diversos medicamentos le sumamos la potencial interacción de esos fármacos con bebidas y alimentos, algún miembro de nuestra familia o entorno cercano podría sufrir una descompensación grave en estas fiestas.
A continuación detallamos las interacciones y consecuencias de administrar medicamentos con bebidas comunes.
Té, infusiones y café
El último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sitúa a Chile dentro de los mayores consumidores de té a nivel mundial, con cerca de 1,2 kilos per cápita al año, equivalentes a 427 tazas por persona. Chile es el único país de Latinoamérica en que el consumo de té supera las cifras de consumo de café [3], que se ubica en segundo lugar como la bebida más consumida entre chilenas y chilenos. Así mismo, y aunque no contamos con la estadística precisa, el consumo de infusiones o aguas de hierbas es una costumbre fuertemente arraigada en nuestra idiosincrasia chilena. Mientras que una infusión es una extracción en agua caliente obtenida del remojo de las hojas, flores, raíces, cortezas, frutos o semillas de ciertas hierbas, un té es la infusión de las hojas y brotes de la planta del té.
La preparación de estas tres bebidas involucra la extracción de componentes vegetales que entregan sabor y aroma al agua. Estos componentes corresponden a sustancias químicas que pueden interferir en la actividad enzimática de las proteínas que participan del metabolismo de medicamentos en el sistema gastrointestinal o influir en el efecto biológico de los medicamentos. Dicha interacción química puede producir que el efecto terapéutico sea suprimido por completo, reducido o incrementado, siendo imposible tener control sobre ello.
Específicamente, las variedades de té negro y verde liberan principalmente taninos, polifenoles y compuestos aromáticos, que pueden perjudicar la absorción de calcio, hierro, magnesio y zinc [4] cuando se beben en conjunto con comidas y medicamentos. Por otro lado, el componente mayoritario del café, la cafeína, es un estimulante que, de ser consumido en exceso, puede impactar negativamente en la absorción de calcio, hierro, magnesio y vitaminas del complejo B [5].
Por otra parte, es un principio químico que la solubilidad de compuestos sólidos en agua aumenta al incrementar la temperatura. Cuando un líquido se calienta, la energía cinética de sus partículas aumenta, lo que provoca que la ruptura molecular y segregación del soluto sólido, en este caso el medicamento oral, sea más rápida y efectiva. Es por ello que la recomendación es administrar los medicamentos con agua a temperatura ambiente.
Alcohol
El Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) realizó en junio de 2020 una encuesta sobre los hábitos de consumo de sustancias durante la pandemia, el cual reveló que el 21,4% de los encuestados aumentó su consumo de alcohol [7]. Además, producto de los efectos sociales de la pandemia, en nuestro país se registró un incremento de un 186% de la demanda por medicamentos para trastornos psiquiátricos durante el primer cuatrimestre del año, según el estudio de la aplicación Yapp Chile [8].
El alcohol y los medicamentos para el tratamiento de desórdenes emocionales actúan directamente sobre el sistema nervioso central, razón por la cual es tan peligroso mezclarlos. En personas mayores, la interacción de alcohol y fármacos aumenta el riesgo de eventos adversos como sedación, hipotensión, hemorragia gastrointestinal, hipoglicemia y daño hepático [9]. En general, el consumo de alcohol en conjunto con medicamentos puede provocar la alteración del efecto terapéutico del fármaco (farmacodinámica) o su metabolismo (farmacocinética), y viceversa: el fármaco también puede afectar el metabolismo de alcohol en el organismo, disminuyendo o potenciando sus efectos.
Un análisis sistemático realizado en 2017 por un equipo interdisciplinario de investigadores y profesionales de la salud en Irlanda estableció un listado de 52 interacciones potencialmente graves entre alcohol y medicamentos en adultos mayores, denominado POSAMINO (POtentially Serious Alcohol-Medication INteractions in Older adults). El listado incluye interacciones riesgosas entre alcohol y medicamentos asociadas al sistema nervioso central, sistema cardiovascular, sistema endocrino, sistema músculo-esquelético y articulaciones, sistema respiratorio, y otros relacionados a eventos de infecciones, inmunosupresión y cáncer [9].
Es importante entonces, separar temporalmente el consumo de alcohol con la administración de medicamentos, vale decir, esperar a que el alcohol sea eliminado del torrente sanguíneo antes de tomar el remedio que corresponde. La rapidez con la que el cuerpo metaboliza el alcohol depende del grado etílico y del volumen de alcohol consumido, además de la contextura física de cada persona.
Interacción entre medicamentos y alimentos
Hay medicamentos que se ordenan administrar junto con una comida, antes o después. Esta indicación cumple distintos objetivos como, por ejemplo, reducir efectos adversos como náuseas, vómitos, irritación o inflamación gástrica, úlceras y reflujo ácido. Otros medicamentos deben ser consumidos en ayuno, es decir, en la mañana antes del desayuno, habiendo cumplido el permanecer por un período de a lo menos 8 horas sin ingerir alimentos o líquidos.
No obstante, a menos que el médico tratante lo indique, no es recomendable mezclar alimentos y medicamentos. Así como los líquidos son sustancias o mezclas de sustancias químicamente activas, los alimentos también contienen ingredientes bioactivos que pueden interactuar con las diferentes medicinas administradas. La interacción entre alimentos y medicamentos puede afectar la farmacocinética, que abarca la absorción, distribución, metabolismo y excreción del fármaco, a su vez que la farmacodinámica, que corresponde al efecto biológico. Las interacciones que aumentan la concentración del fármaco en la sangre pueden tener consecuencias beneficiosas o perjudiciales [9] que, en cualquier caso, son impredecibles e incontrolables.
En particular, los alimentos aportan macronutrientes como proteínas, hidratos de carbono y lípidos, además de vitaminas y minerales. Por su estructura y naturaleza química, algunos medicamentos pueden presentar mayor afinidad a unirse a moléculas proteicas presentes en las comidas, lo que conduce a la formación de complejos insolubles que son eliminados por las heces, lo que significa que el medicamento no es absorbido [11]. Por otro lado, el consumo de alimentos en conjunto con medicamentos puede también provocar la degradación química del fármaco o su inactivación.
Las comidas y sus ingredientes pueden impactar significativamente la tasa de absorción de medicamentos orales luego de su administración. Generalmente, el consumo conjunto de medicamentos y alimentos demora la absorción de los medicamentos, ya que la comida provoca que el vaciado gástrico sea más lento. Cuando se trata de comidas con alto porcentaje de lípidos y carbohidratos, o de un gran volumen de comida, el vaciado gástrico es aún más lento. Lo anterior es evidente cuando tenemos esa sensación de pesadez e indigestión luego de una comida grande que incluyó alimentos grasos.
Si el proceso fisiológico de eliminación del contenido estomacal y movilización hacia el duodeno demora más tiempo de lo normal, los medicamentos administrados por la vía oral también demoran más tiempo en llegar al intestino y, por ende, esto demora su absorción e ingreso a la circulación sistémica [12].
Comidas altas en sodio y «subidas de presión»
En época de fiestas patrias, la comida tiene un rol protagonista, especialmente la comida chilena casera y tradicional. La cocina chilena es bastante balanceada ya que se basa en ingredientes como las legumbres, los vegetales, y una proporción saludable de proteínas y carbohidratos. Los platos chilenos tradicionales no son necesariamente altos en sodio, todo depende de su preparación y de cuánta sal agregamos al cocinar. Sin embargo, los alimentos procesados y envasados que utilizamos como ingredientes o para acompañar las celebraciones a modo de «picoteo», contienen altas concentraciones de sodio. Esto incluye cecinas, embutidos, alimentos en conserva y enlatados, encurtidos y snacks salados.
Los pacientes hipertensos deben tener un cuidado especial con estos alimentos en particular, y más bien evitar su consumo. De igual manera, las personas con antecedentes familiares de hipertensión arterial o enfermedades cardíacas, y las personas mayores, deben restringir el consumo de alimentos altos en sodio. Ante la eventualidad de presentar malestares asociados a una subida repentina de la presión sanguínea, no es recomendable administrar medicamentos sin prescripción médica o experimentar con remedios caseros.
Medidas de prevención
Para evitar accidentes relacionados al aumento de la presión arterial durante las celebraciones de fiestas patrias y durante todo el año, te recomendamos:
- Reducir el uso de sal al cocinar y comer.
- Prestar atención al contenido de sodio que se detalla en la información nutricional de alimentos envasados.
- Evitar el consumo de alimentos altos en sodio.
- Prestar atención a los sellos en alimentos envasados.
- Controlar la presión arterial en casa antes, durante y después de las fiestas. Descarga nuestra guía para controlar la presión arterial en casa y un diario de presión arterial para anotar tus mediciones y llevar registro de tus valores.
- Consultar antes al médico tratante sobre el protocolo de reacción en caso de presentar una subida repentina de presión estando en casa. Pregunta a tu médico qué debes hacer si te sucede y no puedes asistir a un centro de salud.
- No abandonar el tratamiento con medicamentos recetado por el médico tratante y asegurar que se administra correctamente.
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Cuida tu salud y la de tus cercanos durante las fiestas.
Referencias:
[1] Harmful Interactions. Mixing alcohol with medicines. NIH Publication No. 13–5329. Publicado el 2003. National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism. Disponible en línea.
[2] Se acerca del 18: ¿Cómo cambia el consumo de los chilenos en Fiestas Patrias?. 13 de septiembre 2019. Por Sofía Aravena, La Tercera. Disponible en línea.
[3] Encuesta Nacional de Salud 2016/2017. Noviembre 2017. Departamento de Epidemiología, División de Planificación Sanitaria, Subsecretaría de Salud Pública, Ministerio de Salud. Disponible en línea.
[4] Creciente gusto por el té ubica a Chile entre los 15 principales consumidores del mundo. 30 de junio 2018. Por Paulina Sepúlveda G., La Tercera. Disponible en línea.
[5] Elizabeth A. et al (1999). Calcium, copper, iron, magnesium and zinc utilization of humans as affected by consumption of black, decaffeinated black and green teas. Nutrition Research Vol. 19 (2): 167-177. Disponible en línea.
[6] Tsedeke Wolde (2014). Effects of caffeine on health and nutrition: A Review. Food Science and Quality Management Vol 30. Disponible en línea.
[7] El 21% de los chilenos dice haber ingerido más alcohol durante pandemia. 8 de julio 2020. Por Sergio Rodríguez, La Tercera. Disponible en línea.
[8] Demanda de antidepresivos y ansiolíticos creció 186% durante el primer cuatrimestre del año. 1 de junio 2020. Por Agenda País, El Mostrador. Disponible en línea.
[9] Holton AE, Gallagher PJ, Ryan C, et al (2017). Consensus validation of the POSAMINO (POtentially Serious Alcohol-Medication INteractions in Older adults) criteria. BMJ Open 7: e017453.
[10] Jong Hwan Choi & Chang Mann Ko (2017). Food and Drug Interactions. Journal of Lifestyle Medicine Vol. 7, No. 1.
[11] Huang S.M., et al (2010). Therapeutic Protein–Drug Interactions and Implications for Drug Development. Clinical Pharmacology & Therapeutics 87(4): 497–503.
[12] Andrew McLachlan & Iqbal Ramzan (2006). Meals and medicines. Aust Prescr 29: 40-2.
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